“EL CACHARRERO EN CERCEDILLA”
En los años 40, 50 y
muy avanzados los 60 existía la figura del “cacharrero” y su “trueque”.
Eran los lunes por la mañana cuando se instalaba en el suelo
y en la pequeña explanada del “Corralón”, (frente a lo que hoy es el
Centro cultural “Joaquín Sorolla”) extendía unas lonas y encima de ellas
empezaba a sacar y colocar la mercancía muy variada, pucheros, ollas, botijos y
botijas, fuentes, barreños, jarros y jarras
etc. todo ello de barro, y también de porcelana esmaltada por dentro
gris y por fuera marrón o granate, Sartenes de hierro y esmaltadas, todo esto
para cocinar, también fuentes, platos,
jarritas, y fiambreras de aluminio.
Además de platos de distintos tamaños, fuentes, soperas, fruteros,
tazones, tazas y tacitas con y sin plato, de loza, casi siempre blanca, en fin
toda la vajilla completa, y la cristalería (aunque menos variada), vasos,
jarras, azucareros, exprime limones etc. que muchos recordamos y los más
jóvenes lo habrán visto en casa de sus abuelas, incluido las “palanganas” los
“jarros” y “bacinillas” de loza y esmaltadas.
Ese mercadeo tenía una cosa peculiar, todo se vendía, pero
también se cambiaba por la aportación de trapos y ropa vieja, que pesaban en
los ganchos de una “romana” que metían en grandes “sacos”, y según el peso y el
valor de los mismos en pesetas se
cambiaba por algún “cacharro” o se descontaba de la compra del artículo que se elegía, o simplemente le
entregaban el importe, otra cosa
que gustaba a todos los niños es que
traían unas jarritas pequeñas, con un pitorro largo y en el centro un orificio,
que llenándola con agua soplábamos por el pitorro y hacían distintos sonidos de
silbidos de pájaros, ese era un regalo para ellos, casi siempre por parte de
los abuelos y abuelas como juguete.
Esta mercancía “cacharrera” se fue modernizando con el
tiempo, y se incorporaron materias más
modernas, llego el duralex, el arcorc, el arcopal, ollas a presión, baterías de
cocina decoradas, sartenes antiadherentes,
vajillas de loza decoradas, cristalerías
tallada y las bonitas cerámicas al estilo de Talavera, etc..
Este mercado cambio de
distintos lugares (C/. de la Fuente) y
se fue ampliando con puestos de todo tipo con estilo de “mercadillo”, con
textil, calzado, frutas, verduras, dulces, frutos secos etc. bastante completo,
pero sin el encanto del puesto del “cacharrero” que recordamos muchas
personas, los lunes era una visita
obligada, bien para comprar o solamente para ver, o para entregar la ropa vieja.
Vaya este RECUERDO por esta forma de venta en aquellos
años, que en todos los hogares de Cercedilla utilizaban
estos enseres tan necesarios a diario en la cocina y en la mesa, tan sencilla la compra poco a poco y sin
desplazamientos, de esa forma también
compraban los “cacharros para el ajuar” las jóvenes casaderas, o las
personas que tenían que hacer algún regalo para el hogar.
DEDICADO A LOS CTUALES COMERCIOS,
ESTAS Y OTRAS MUCHAS MERCANCIAS
ERAN COMO VENTA AMBULANTE.
ENTONCES NO EXISTIAN COMERCIOS
EXCLUSIVOS,
NI GRANDES SUPERFICIES, CON
ESCAPARATES ESPECTACULATRES.
Maribel M.M.
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