“LA CENCERRADA”
Una costumbre típica y divertida de Cercedilla era “la
cencerrada”. El nombre lo dice todo,
hacer sonar los cencerros.
Cuando un viudo o una viuda se volvían a casar, algunas
personas, prioritariamente hombres jóvenes que sabían la fecha, se organizaban
en grupo con cencerros y eran acompañadas por el resto de vecinos, hombres,
mujeres, chicos/cas etc. para “burlarse graciosamente”
de la pareja en su primera noche de la nueva boda en forma de broma.
Hacían sonar los cencerros muy deprisa en la puerta de su casa, o les paseaban en el recorrido
hasta llegar a la misma después de la ceremonia, esperando una propina para ser
invitados, cuando eran generosos los dejaban
tranquilos, de lo contrarío seguían sonando los cencerros hasta que les daban
la cantidad que ellos esperaban para invitarse.
Hubo cencerradas “muy sonadas”, no solo por los cencerros sino
por la incomprensión de la broma, como el caso de un Jefe de Correos que vivía en el Frontón, llamo a las fuerzas del orden y fueron denunciados.
Lo normal era que los recién casados lo tomaran bien y
aceptaran la broma con más o menos ganas, recordando las Cándido y Juana,
Francisco y Seve, Iluminado que al
negarse estuvoa punto de ir al “pilón”, y
algunas más. Las más simpáticas, y divertidas fueron las cencerradas de las bodas de Constantino y Dolores, Luti e Eugenia, Lucio y Brígida, que lo tomaron con muy buen
humor, los pasearon bajo palio, el techo era de una saca con excrementos de
gallinas, y los precedían botes que echaban humo maloliente, pero ellos alegres
y compartiendo el cortejo como un día de fiesta, Poli (sarten) y Carmen que los
pasearon por las calles subidos en una carretilla, y cuando se caía le
cantaban, “Poli se ha muerto, se ha muerto Poli” (bis ,bis)
De esta tradición se desconoce el inicio y el final, pero los
años que se mantuvo esta costumbre fueron unos momentos divertidos que
compartimos muchas personas y que muchos todavía lo podemos recordar.
Maribel M.M. 2014.
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