domingo, 19 de abril de 2015

HOMENAJE A LAS PARTERAS, COMADRONAS, PRACTICANTES DE CERCEDILLA.

En todas las épocas y culturas la figura de "las parteras" MUJERES QUE AYUDABAN Y  CUIDABAN DURANTE EL PARTO, JUGANDO UN PAPEL DECISIVO EN EL NACIMIENTO DE TODA CRIATURA Y ATENCION AL NUEVO SER QUE LLEGABA AL MUNDO.
 
Hasta finales de los años 60 existía en Cercedilla la figura de esas profesionales, tituladas o aficionadas  a la tarea tan maravillosa e  importante para nuestras madres, para los/las nacidas/os  y  para nuestros hijos, ya que aún recuerdo cuando en el año 1,969 a los niños/ñas  y las madres que fuimos atendidos en nuestro parto,  posiblemente  las últimas que nos atrevimos a que nacieran nuestros hijos en nuestra propia casa, CON LA AYUDA DE AQUELLOS/AS PARTERAS, PRACTICANTES/AS Y COMADRONAS QUE A TANTAS MUJERES AISITIERON EN EL NACIMIENTO DE LOS NIÑOS/AS EN CERCEDILLA, "CUANDO VENIA LA CIGÜEÑA"-
 
Eran varias  personas  que desinteresadamente  con destreza, experiencia y buena voluntad  con familiares allegados a la parturienta que se hacían presentes en este acontecimiento prestando ayuda a la madre. Me gustaría recordar y nombrar a todas ellas/os, pero no gustaría olvidar alguna y por eso mantengo silencio. Viniendo a mi memoria los profesionales a partir de los años 40/50 en primer lugar a:
A la señora Manuela, que vivía en el Camino Ancho,  hoy Calle de D. Manuel González de Amezúa y a D. Benjamín, Practicante que vivía en la Casa de Socorro C/. Registros (hoy desaparecida), sin olvidarnos de los inclementes inviernos que en algunas ocasiones tenía que ir algún familiar a buscarlos con "pala en mano" para hacer camino, a veces eran más de una mujer la que se ponía de  parto el mismo día, y sin teléfono en la mayoría de las casas ???, improvisando en los domicilios todo lo necesario para tan importante momento, y deshaciéndose de los restos del parto, siendo enterrados en la proximidad del domicilio.
 
Siguieron Vicenta Carmona que se anunciaba como Practicanta-Comadrona, tlfn. 3, Avda de Ramón y Cajal, 2. y D. Pedro Gómez Martínez como practicante titular de Cercedilla.
 
TODOS ellos ejercieron una labor tan importante para las madres y los nacidos en nuestro pueblo durante muchos años, sin olvidar a las HEROINAS PARTURIENTAS QUE LAS TOCO VIVIR EN ESA EPOCA, DEJANDO RECONOCIMIENTO EN ESTA MEMORIA A TODAS ELLAS.
 
En los años 70 todas las mujeres eran llevadas por médicos especialistas de las distintas Sociedades medicas y Seguridad Social dando  a luz en distintas maternidades madrileñas. 

domingo, 11 de enero de 2015


LAVANDERIA EN CERCEDILLA CON:

BANQUILLO, CESTA DE MIMBRE CON ASAS, Y TROZO DE JABÓN.

 

Hasta los años l.920 que llegó el agua corriente a las viviendas en Cercedilla las mujeres de entonces iban a lavar la ropa a los ríos, arroyos, caceras etc. que circulaban por el pueblo, cargadas con la cesta y algunas con banquillo y almohadilla,  andando y si les pillaba lejos algunas en burro. PERO A PESAR de la llegada del agua corriente en la mayoría de las casas se seguía lavando la ropa como antes de los 20, hasta que se invento la  lavadora en los años 1960 y  poco a poco las amas de casa  fueron adquiriendo dicho electrodoméstico para atender a las necesidades de la familia de una manera cómoda y sin salir de casa, aunque las primeras lavadoras no eran como las de ahora,  solo lavaban en pocos  programas, se desaguaba el agua, y se volvía a llenar para aclararla las veces que hiciera falta, y no centrifugaba, ni existían los suavizantes, pero si el “añil” de tono azulado que se echaba en la ropa blanca en su último aclarado.

Creo que es el momento de hacer UN GRAN RECONOCIMIENTO, a  todas y cada una de las personas, “MUJERES DE NUESTRO PUEBLO” que para su propia familia o para otras familias que  prestaban ese servicio por un módico precio, en todas las épocas del año, con las inclemencias del tiempo algunas veces se lo llevaban a casa mojado y otras veces seco y doblado en el mismo cesto.

Según la proximidad de las viviendas a los cauces del agua limpia y cristalina elegían  su puesto y según la piedra más o menos rugosa para restregarla a puño (sin guantes de latex) otras contaban con tabla ondulada de madera (ahora de uso decorativo) de rodillas con o sin banquillo (ahora de uso decorativo) con o sin almohadilla según su criterio.

Llevaban la cesta con la ropa a la cadera sujetando con la mano en el asa, muy pocas en la cabeza, pesaba menos por que iba seca,  al regreso a veces mojada que más pesaba, algunas se llevaban algo para comer a media mañana, según el tiempo que durara la colada?, si la ropa era blanca la ponían al sol enjabonada para que se fueran las pronto las manchas, y a las horas?, la aclaraban, la tendían en las praderas y en las zarzas para que se secara, y cuando ya estaba la ropa “lista”, volvían a casa, eso sí dejaban la comida hecha para cuando llegara el marido y la tropa a casa.

Los lugares más frecuentados para lavar la ropa fuera de casa eran: en la zona de San Antonio  el arroyo de la “cerca de la mata”, “peñas lisas”,  “las puentes”, el “arroyo de abajo” la “cerquilla del rio”, Por la zona de la Paloma, la “cacera gobienzo” y  el  “el puentecillo”, en la Carretera  de las Dehesas el rio de “las praderas”, en la zona de la Estación  “el rio del molino” y alguno más de los que pasaran cerca de la población. Aunque el de más afluencia y popularidad era el “arroyo de la Pontezuela” adecentado y colocadas  piedras individuales para el uso.

A finales de los años 1950 el Ayuntamiento construyo un LAVADERO PUBLICO MUNICIPAL CUBIERTO, con nave rectangular de 132 m2., con pasillo alrededor y una pila cuadrada de de 18 puestos de lavado a cada lado, con una altura de unos 75 centimetros  para poder lavar  cómodamente de pie. Al poco tiempo de ser inaugurado apareció un letrero que decía:   “ Se  ha trasladado aquí la SASTRERIA”, estuvo en funcionamiento hasta  finales de los 60, por la resistencia y el empeño de mujeres que preferían trasladarse al lavadero aunque tuvieran pila en su propia vivienda, como es el caso de personas allegadas y conocidas.

El lavadero estuvo años sin ser usado y muy deteriorado, hasta hace pocos años que fue restaurado y recientemente se le ha dado un uso cultural muy adecuado, dedicado y titulado “CASA DE LA MUJER”, estamos de enhorabuena en Cercedilla por haberle  recuperado.

MATIZANDO , que las mujeres de Cercedilla tenían tanto apego a las aguas claras y cristalinas que en pleno invierno en época de MATANZAS, bien abrigadas lavaban en los cauces de los mencionados arroyos y más próximos a sus casas, las tripas del cerdo para embutir chorizos y morcillas, por lo tanto se  puede decir que eran unas anegadas y grandes  AMAS DE CASA.


 


martes, 18 de noviembre de 2014

COMERCIO FORANEO EN CERCEDILLA A DOMICILIO

En Cercedilla a mitad del siglo XX existía un BUEN COMERCIO EN GENERAL estando a la cabeza de los pueblos de alrededor, con establecimientos familiares en los que se "despachaba" en algunos con productos  exclusivos y en otros   de todo un poco, se conocían como: Ultramarinos, Comestibles, Economatos, Carnecería, Frutería, Estanco, Botica, Bazar, Mercería con la venta de telas y lanas, Pescadería, Carbonería, Panadería, Pastelería  etc., menos Lecherías que al haber tanta producción vendían la leche en su propio domicilio.  Todos los comercios estaban distribuidos generalmente a lo largo de la carretera que cruza el pueblo, pero en distintas zonas del mismo, desde la Carretera de Los Molinos "Mira Sierra", "la Estación", "Cruce de la vía" "Centro del Pueblo" y  "San Antonio" y otros en las calles próximas.
 
Sería  interesante por lo importante que fue en aquellos años el abastecimiento a los   vecinos y al alto incremento de veraneantes muchos propietarios, otros alquilados en las casas particulares y a veces en casas en compañía, y de distinto poder adquisitivo, pero siempre incrementando las ganancias a los COMERCIOS, Se podría escribir un gran libro (con la colaboración del que este dispuesto a dar información), ya que en muchos casos afortunadamente ha pasado de padres a hijos  el establecimiento y algunos  con 3, 4 y 5 generaciones y que tantos años han sido abastecedores de las necesidades de todos los  vecinos y visitantes, HACIENDOLES ASI UN MERECIDO RECONOCIMIENTO, y que muchas anécdotas podrían contarnos de aquellos años.
 
ADEMAS DE ESTE COMERCIO PERMANENTE EN CERCEDILLA, EXISTÍA COMERCIO FORANEO, a lo largo de bastantes años  ofrecían sus productos o sus servicios a la puerta del domicilio, por un momento cerremos los ojos y pongamos nombre y figura a alguno de ellos que así se les llamaba:
 
El "Tío de las telas",  cargado con dos grandes maletones de cuero, uno a la espalda y otro en la mano ofreciendo, toda clase de telas en pieza para confeccionar sábanas, retores para poner piezas a las mismas, para hacer mantelerías, colchones, cortes de falda, de vestido o de delantales, toallas, paños de cocina etc., unas de las principales compradoras eran jóvenes casaderas para hacerse el ajuar.
 
El "Tío de los martes" con su mercancía  casi traía las cosas de encargo  y de todo un poco, a veces lo cobraba a plazos, por eso venia los martes a vender y cobrar semana tras semana la cantidad acordada con la compradora sobre el articulo adquirido.
 
El "Tío de las especies" , con su pequeña romana y alforja de varios bolsillos, ofrecía azafrán, anises comino y clavo, oregano y pimentón sobre todo para las matanzas en otoño e invierno, sus principal  clientela.
 
El "Mielero" principalmente en verano con su cesta de dos tapas al brazo y su recipiente con miel en la mano, ofrecía productos de la "alcarria", que pesaba en una pequeña romana, la mantequilla y la miel al peso en gramos en un recipiente que le daba la compradora, primero le  pesaba para poder echarla, en el caso de la mantequilla después se cubría con agua para que se conservarla.
 
El "Cangrejero", en verano y en su bicicleta con dos cajones de madera y tapados con una rejilla y colocados en el transportín con  peces de rio y cangrejos vivos.
 
El "Uvero",  en verano venían varios con su mula y dos serones donde transportaban la mercancía a las casas con su correspondiente romana, solían ser de Serranillos (Avila), traían uva variada, albillo, villanueva y negra.
 
El "Vinatero y Aceitunero" también en caballería, ofrecía por litros y en garrafa vino blanco y tinto y aceitunas crudas por kilos al principio de temporada para ser aliñadas a gusto de la persona que las compraba.
 
El "Tio Juan" de el Escorial con su tartana tirada por su caballo en cualquier temporada, ofrecía los productos de su huerta, recién cogidos en las distintas épocas.
 
El "Afilador", como muchos de los compañeros de Orense con su carrito de madera con el taller montado y su silbato, aprovechando la clientela de las carnecerías, hacia llamamiento para afilar los cuchillos y tijeras  a la puerta de las  casas.
 
El "Paraguero y Lañero" arreglaba en el momento las varillas de los paraguas, y ponía lañas de estaño en cualquier cacharro esmaltado, cubo o barreño de cinc que tuviera un agujero  pequeño. con sus utensilios y sobre todo en el cacharro con ascuas que las avivaba dándole vueltas y más vueltas como un molinillo.

El "Botijero", en burro o mulo  con los serones cargados debidamente con paja entre botijos, cántaros,  vasijas, ollas, pucheros etc. todo ello de barro fino de color rojo y blanco, sin que faltaran para los más pequeños/as "botijines y jarritas" para beber ellos/as, solían venir a principio de verano   quedándose varios días, se iban a otro pueblo y luego volvían hasta terminar la venta de lo que traían.
 
El "Lanero" ofrecía la lana de las ovejas para hacer colchones, almohadas, o reponer   los que ya estaban algo mermados, principales clientas las que montaban casa nueva, y las jóvenes casaderas.
 
El "Capador" que no faltaba en ningún pueblo, y que sus clientes eran los ganaderos, carniceros y las personas  que tuvieran cerdos para vender o hacer las matanzas para su consumo.
 
Los "Colchoneros/ras", no se les `puede encuadrar como foráneos porque siempre han sido de aquí o han vivido aquí, se dedicaban hacer colchones en la calle a la puerta de los domicilios, vareaban la lana repetidas veces con un palo largo y curvo en un extremo, la colocaban encima de una de las tapas  en forma de colchón, una vez terminada de varear y repartir toda la lana por partes iguales la cubrían con el resto de la tapa y cosían una con otra, ponían las cintas en los agujeros correspondientes para que estuviera la lana sujeta por tramos y ellos/as colocaban el colchón en la cama.

El "Pielero", unas veces de fuera y otras con residencia aquí, compraba las pieles de las reses a los carniceros, ganaderos y al matadero municipal, para venderlas.

El "Sastre", venia los domingos buscando su clientela para confeccionar los trajes a medida a  los caballeros, haciéndoles varias pruebas a hasta terminar la prenda.

El "Relojero" ofrecía su servicio en un lugar fijo, unas veces dentro del local y otras en plena calle reparaba los relojes en poco tiempo o en el momento incluso estando presentes los dueños.

El "Lotero", ofreciendo lotería para los más señalados sorteos, que por suerte dio varios premios gordos, haciéndole crecer su clientela.

El "Cestero" que ofrecía a las amas de casa sus cestos de mimbre, para llevar la ropa a lavar al rio o al lavadero.

El "Chatarrero", que recogía en su carro de los domicilios toda clase de hierros, chapa, plomo y cobre.

Es la hora de reconocer su trabajo con su cargamento y constancia, unas veces en el tren, en el coche de línea, en burro, en mulas, en bicicleta, con carro o como se les ocurriera, unos vociferando lo que llevaban, otros llamando a las puertas, siempre tenían clientela, algunos regresaban en el día y otros se quedaban hasta vender su mercancía. Seguro que me falta por nombrar a alguno, si así es agradezco al que lo sepa que me lo recuerde a través del correo.

 
 

domingo, 16 de noviembre de 2014


LA IMAGEN DE LA VIRGEN DE FATIMA

VISITA CERCEDILLA.

En la primavera de 1952, la Imagen de la Virgen de Fátima recorre varios pueblos de España, en “visita mariana” itinerante por todas las Parroquias  que la acogieron, para  recoger limosnas y poder terminar las obras de la Basílica en Fátima (Portugal).

 El recibimiento fue en la confluencia de la calles Marquesa de Casa López, Ramón y Cajal y Emilio Serrano, estaban esperando su llegada, el Párroco, D. Pedro Junquera que estando fuera, por motivos de su próximo traslado se incorporo al recibimiento, Hermandades, Grupos Parroquiales,   el alcalde Mariano Hortal, autoridades locales, todos prepararon el acontecimiento, asistiendo  el publico en general, de distintas edades, los niños y niñas, los más impresionados,  encabezábamos la procesión, los que teníamos 8, 9 ó 10 años, nos vistieron con el traje de la Primera Comunión, después de una larga espera en una tarde calurosa, iniciábamos la Procesión.


También iban vestidos de “pastorcitos”, Carmen Rubio, Mari Martin y Paquito Larrea, representando a los tres niños de Ajustrel (Portugal), que el día 23 de Mayo de 1917  se les apareció por PRIMERA vez,  la Virgen en Cova Leiria en Fátima,  a Jacinta, Lucia y Francisco. Ellos iban delante de las andas de la Imagen de la Virgen, las andas las portaban jóvenes de la localidad, como se ve en las fotografías, al inicio de la procesión con la Virgen, soltaron palomas blancas, algunas se posaron a los pies de la Imagen durante algún momento. 


El recorrido de la procesión fue hasta la Plaza Mayor, donde delante del Ayuntamiento se instalo el Altar para colocar a la Virgen y hacer oración, continuando hasta la Parroquia de San Sebastián, por la Carrera del Señor y llegando la procesión a la altura de la antigua “Casa de Socorro” se aprecio un grupo de personas con cierta preocupación, comentado el incidente ocurrido: Un niño  de 8 años se había caído a un “pozo”, la procesión se detuvo un momento y algunas personas se personaron en el lugar de lo ocurrido a pocos metros, era en la calle de la Solana, el niño era Carlos, se había subido a la pared del corral del pajar de Jesús Sánchez, con otros niños para ver en el árbol un nido de pájaros, fue a bajarse de un salto y cayó a la tapa de madera, que estaba encima del pozo, la  madera estaba podrida, y cayó a la profundidad del mismo, de once metros, el fondo con algo de agua, el vecino Cándido Hortal, que vivía muy cerca, le tiro una soga, y el niño se cogido a ella y con gran entereza fue subiendo a la superficie totalmente ileso.


 Las personas que lo presenciaron comentaban que “había sido un milagro de la Virgen”. Después de la pausa de la procesión  por lo acaecido continuó hasta la Parroquia para celebrar la Misa solemne que estaba prevista, con gran afluencia de personas, quedándose la Imagen para ser visitada  hasta el día siguiente.

 Para despedir la Imagen de la Virgen, se bajo en procesión  hasta la Iglesia del Carmen  acompañada por muchos  fieles,  esta visita y el caso fue muy recordado durante mucho tiempo. Desde la Iglesia del Carmen con un pequeño acto de despedida, los organizadores prepararon la salida para otro pueblo cercano.

 Son las fotografías que han aportado las personas que están en ellas, las que acreditan en imágenes la presencia de la Virgen, recorriendo las calles  de nuestro pueblo, con la participación de jóvenes chicos y chicas llevando a la Virgen en tal acontecimiento, la mayoría de las personas que aparecen en las fotografías ya no están entre nosotros, pero nos dejan un bonito recuerdo, y después de 60 años merece recordarlo.
GRACIAS a todas las personas  que colaboraron y dieron la oportunidad para que la Imagen de la VIRGEN Ntr. Sra. de Fátima estuviera un día entre nosotros, que muchos/as recordamos, y si tienen fotografías y pueden dar más testimonio de ese día, no duden en comunicarlo. Gracias

 

 

Maribel M.M.

Cercedilla, mayo 2013

“LA COSTUMBRE”


“LA COSTUMBRE”

La palabra costumbre en Cercedilla tiene especial significado durante bastantes décadas para los/as jóvenes de Cercedilla, desconociendo su inicio y su final, que puede  coincidir con la desaparición del PILON de piedra, con un solo caño, y no muy profundo, situado en la Plaza de María Mínguez.

Consistía en que cuando pretendía un “chico de fuera” a una chica del pueblo y se hacían novios, al poco tiempo, los chicos del pueblo que pertenecían a la Sociedad de Mozos y que más o menos de la misma quinta que la chica, se dirigían a él y le pedían “LA COSTUMBRE”, era el importe de una invitación para ese grupo, le extendían un recibo para que justificara a otros grupos que ya lo había pagado, a veces se daba el caso que lo pedían más de uno.

En caso que accediera al pago le dejaban tranquilo e incluso se hacían amigos, en caso contrario le tiraban al PILON vestido en cualquier época del año.

Esto servía para que la novia se asegurara en la relación, en caso  que se negara no era para fiarse de su pretendiente.

Se han dado casos de pagar y dejar de ser novios, de no pagar  admitiendo por sorpresa el chapuzón y seguir de novios, pero por lo general la mayor parte de los “chicos de fuera” encontraron en Cercedilla unas chicas estupendas, celebrando durante años su noviazgo y muchos más de MATRIMONIO.

Que recuerdan y están satisfechos de haber pagado: “LA COSTUMBRE” a los chicos de Cercedilla.

Maribel M.M.

Cercedilla 2.014

 

P/D.

COSTUMBRE: son componentes de la cultura que se trasmiten de generación en generación por tradición.

PRETENDIENTE: persona que solicita tener un noviazgo con alguien.

“LA CENCERRADA”


“LA CENCERRADA”

 

Una costumbre típica y divertida de Cercedilla era “la cencerrada”. El nombre  lo dice todo, hacer sonar los cencerros.

Cuando un viudo o una viuda se volvían a casar, algunas personas, prioritariamente hombres jóvenes que sabían la fecha, se organizaban en grupo con cencerros y eran acompañadas por el resto de vecinos, hombres, mujeres, chicos/cas  etc. para “burlarse graciosamente” de la pareja en su primera noche de la nueva boda en forma de broma.

Hacían sonar los cencerros muy deprisa en la puerta  de su casa, o les paseaban en el recorrido hasta llegar a la misma después de la ceremonia, esperando una propina para ser invitados,  cuando eran generosos los dejaban tranquilos, de lo contrarío seguían sonando los cencerros hasta que les daban la cantidad que ellos esperaban para invitarse.

Hubo cencerradas “muy sonadas”, no solo por los cencerros sino por la incomprensión de la broma, como el caso de un Jefe  de Correos que vivía en el Frontón,  llamo a las fuerzas del orden y fueron denunciados.

Lo normal era que los recién casados lo tomaran bien y aceptaran la broma con más o menos ganas, recordando las Cándido y Juana, Francisco y Seve,  Iluminado que al negarse estuvoa punto de ir al “pilón”,  y algunas más. Las más simpáticas, y divertidas fueron las cencerradas de las  bodas de Constantino y Dolores, Luti e Eugenia,   Lucio y Brígida, que lo tomaron con muy buen humor, los pasearon bajo palio, el techo era de una saca con excrementos de gallinas, y los precedían botes que echaban humo maloliente, pero ellos alegres y compartiendo el cortejo como un día de fiesta, Poli (sarten) y Carmen que los pasearon por las calles subidos en una carretilla, y cuando se caía le cantaban, “Poli se ha muerto, se ha muerto Poli” (bis ,bis)

De esta tradición se desconoce el inicio y el final, pero los años que se mantuvo esta costumbre fueron unos momentos divertidos que compartimos  muchas personas y  que muchos todavía lo podemos  recordar.                 

Maribel M.M. 2014.

 


“EL CACHARRERO EN CERCEDILLA”


  “EL CACHARRERO EN CERCEDILLA”

En los años 40, 50 y  muy avanzados los 60 existía la figura del “cacharrero” y su “trueque”. Eran los lunes por la mañana cuando se instalaba  en el suelo  y en la pequeña explanada del “Corralón”, (frente a lo que hoy es el Centro cultural “Joaquín Sorolla”) extendía unas lonas y encima de ellas empezaba a sacar y colocar la mercancía muy variada, pucheros, ollas, botijos y botijas, fuentes, barreños, jarros y jarras  etc. todo ello de barro, y también de porcelana esmaltada por dentro gris y por fuera marrón o granate, Sartenes de hierro y esmaltadas, todo esto para cocinar, también fuentes,  platos, jarritas, y fiambreras de aluminio.  Además de platos de distintos tamaños, fuentes, soperas, fruteros, tazones, tazas y tacitas con y sin plato, de loza, casi siempre blanca, en fin toda la vajilla completa, y la cristalería (aunque menos variada), vasos, jarras, azucareros, exprime limones etc. que muchos recordamos y los más jóvenes lo habrán visto en casa de sus abuelas, incluido las “palanganas” los “jarros” y “bacinillas” de loza y esmaltadas.

Ese mercadeo tenía una cosa peculiar, todo se vendía, pero también se cambiaba por la aportación de trapos y ropa vieja, que pesaban en los ganchos de una “romana” que metían en grandes “sacos”, y según el peso y el valor de los mismos en  pesetas se cambiaba por algún “cacharro” o se descontaba de la compra  del artículo que se elegía, o simplemente le entregaban el importe,  otra cosa que  gustaba a todos los niños es que traían unas jarritas pequeñas, con un pitorro largo y en el centro un orificio, que llenándola con agua soplábamos por el pitorro y hacían distintos sonidos de silbidos de pájaros, ese era un regalo para ellos, casi siempre por parte de los abuelos y abuelas como juguete.

Esta mercancía “cacharrera” se fue modernizando con el tiempo, y se incorporaron materias  más modernas, llego el duralex, el arcorc, el arcopal, ollas a presión, baterías de cocina decoradas, sartenes antiadherentes,  vajillas de loza  decoradas, cristalerías tallada y las bonitas cerámicas al estilo de Talavera, etc..

 Este mercado cambio de distintos lugares (C/. de la Fuente)  y se fue ampliando con puestos de todo tipo con estilo de “mercadillo”, con textil, calzado, frutas, verduras, dulces, frutos secos etc. bastante completo, pero sin el encanto del puesto del “cacharrero” que recordamos muchas personas,  los lunes era una visita obligada, bien para comprar o solamente para ver,  o para entregar la ropa vieja.

Vaya este RECUERDO por esta forma de venta en aquellos años,  que  en todos los hogares de Cercedilla utilizaban estos enseres tan necesarios a diario en la cocina y en la mesa,  tan sencilla la compra poco a poco y sin desplazamientos, de esa forma también  compraban los “cacharros para el ajuar” las jóvenes casaderas, o las personas que tenían que hacer algún regalo para el hogar.

DEDICADO A LOS CTUALES COMERCIOS,

ESTAS Y OTRAS MUCHAS MERCANCIAS

ERAN COMO VENTA AMBULANTE.

ENTONCES NO EXISTIAN COMERCIOS EXCLUSIVOS,

NI GRANDES SUPERFICIES, CON ESCAPARATES ESPECTACULATRES.

Maribel M.M.