LAVANDERIA EN CERCEDILLA CON:
BANQUILLO, CESTA DE MIMBRE CON ASAS,
Y TROZO DE JABÓN.
Hasta los años l.920 que llegó el agua corriente a las
viviendas en Cercedilla las mujeres de entonces iban a lavar la ropa a los
ríos, arroyos, caceras etc. que circulaban por el pueblo, cargadas con la cesta
y algunas con banquillo y almohadilla, andando y si les pillaba lejos algunas en
burro. PERO A PESAR de la llegada del agua corriente en la mayoría de las casas
se seguía lavando la ropa como antes de los 20, hasta que se invento la lavadora en los años 1960 y poco a poco las amas de casa fueron adquiriendo dicho electrodoméstico
para atender a las necesidades de la familia de una manera cómoda y sin salir
de casa, aunque las primeras lavadoras no eran como las de ahora, solo lavaban en pocos programas, se desaguaba el agua, y se volvía a
llenar para aclararla las veces que hiciera falta, y no centrifugaba, ni
existían los suavizantes, pero si el “añil” de tono azulado que se echaba en la
ropa blanca en su último aclarado.
Creo que es el momento de hacer UN GRAN RECONOCIMIENTO, a todas y cada una de las personas, “MUJERES DE
NUESTRO PUEBLO” que para su propia familia o para otras familias que prestaban ese servicio por un módico precio,
en todas las épocas del año, con las inclemencias del tiempo algunas veces se
lo llevaban a casa mojado y otras veces seco y doblado en el mismo cesto.
Según la proximidad de las viviendas a los cauces del agua
limpia y cristalina elegían su puesto y
según la piedra más o menos rugosa para restregarla a puño (sin guantes de
latex) otras contaban con tabla ondulada de madera (ahora de uso decorativo) de
rodillas con o sin banquillo (ahora de uso decorativo) con o sin almohadilla
según su criterio.
Llevaban la cesta con la ropa a la cadera sujetando con la
mano en el asa, muy pocas en la cabeza, pesaba menos por que iba seca, al regreso a veces mojada que más pesaba,
algunas se llevaban algo para comer a media mañana, según el tiempo que durara
la colada?, si la ropa era blanca la ponían al sol enjabonada para que se
fueran las pronto las manchas, y a las horas?, la aclaraban, la tendían en las
praderas y en las zarzas para que se secara, y cuando ya estaba la ropa
“lista”, volvían a casa, eso sí dejaban la comida hecha para cuando llegara el
marido y la tropa a casa.
Los lugares más frecuentados para lavar la ropa fuera de casa
eran: en la zona de San Antonio el
arroyo de la “cerca de la mata”, “peñas lisas”,
“las puentes”, el “arroyo de abajo” la “cerquilla del rio”, Por la zona
de la Paloma, la “cacera gobienzo” y el “el puentecillo”, en la Carretera de las Dehesas el rio de “las praderas”, en
la zona de la Estación “el rio del
molino” y alguno más de los que pasaran cerca de la población. Aunque el de más
afluencia y popularidad era el “arroyo de la Pontezuela” adecentado y
colocadas piedras individuales para el
uso.
A finales de los años 1950 el Ayuntamiento construyo un
LAVADERO PUBLICO MUNICIPAL CUBIERTO, con nave rectangular de 132 m2., con
pasillo alrededor y una pila cuadrada de de 18 puestos de lavado a cada lado, con
una altura de unos 75 centimetros para
poder lavar cómodamente de pie. Al poco
tiempo de ser inaugurado apareció un letrero que decía: “ Se ha trasladado aquí la SASTRERIA”, estuvo en
funcionamiento hasta finales de los 60,
por la resistencia y el empeño de mujeres que preferían trasladarse al lavadero
aunque tuvieran pila en su propia vivienda, como es el caso de personas
allegadas y conocidas.
El lavadero estuvo años sin ser usado y muy deteriorado,
hasta hace pocos años que fue restaurado y recientemente se le ha dado un uso
cultural muy adecuado, dedicado y titulado “CASA DE LA MUJER”, estamos de
enhorabuena en Cercedilla por haberle recuperado.
MATIZANDO , que las mujeres de Cercedilla tenían tanto apego
a las aguas claras y cristalinas que en pleno invierno en época de MATANZAS,
bien abrigadas lavaban en los cauces de los mencionados arroyos y más próximos
a sus casas, las tripas del cerdo para embutir chorizos y morcillas, por lo
tanto se puede decir que eran unas anegadas
y grandes AMAS DE CASA.
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